27 de abril de 2008

Un cambio necesario




Muchas veces cuando se escucha la palabra cambio, surge de forma inmediata el rechazo y miedo a lo desconocido, pues el adaptarse a algo nuevo, trae consigo una serie de hechos que necesitan mucha atención y trabajo para poder lograr el nuevo objetivo que se propone.
En la escuela municipal de Pedro Aguirre Cerda, uno de los cambios que necesita entre otros está relacionado con el trabajo en el consejo de profesores que se realiza una vez al mes, al cual asisten los docentes de todos los niveles y profesionales que apoyan la labor del docente.
Cada profesor que ingresa a un nuevo establecimiento debería solicitar el proyecto educativo institucional, ya que este da lineamientos sobre el quehacer de la comunidad educativa a la que se integra.
El concepto de "Proyecto Educativo" ha estado tradicionalmente presente en el quehacer educativo de los docentes de nuestro país. La mayor parte de las veces como un enunciado declarativo de normas y reglamentos emanados del Ministerio de Educación, y otras veces en declaraciones de los valores y principios, que la propia comunidad educativa estima convenientes para la formación de los alumnos y ejercicio profesional de los maestros.
En la última década el tema de los Proyectos Educativos ha estado aún más vigente, en el contexto de la descentralización; sin embargo, el sentir de una mayoría es que cuesta pasar del nivel de las declaraciones de los grandes principios a que éstos se hagan realidad en la cotidianeidad pedagógica de las aulas, de los pasillos, los consejos educativos, las formas administrativo-pedagógicas (MINEDUC, 2002).
En los consejos de profesores es donde queremos detenernos, ya que en el proyecto educativo se da real importancia al trabajo cooperativo, aprendizaje compartido, entre profesores del mismo ciclo y constante discusión pedagógica, sin embargo observamos un trabajo aislado y competitivo, no se observan que los consejos generen espacios de dialogo de acuerdo a temáticas de interés profesional, formación permanente y revalorización de los docente, no estando en concordancia con lo que plantea el informe “La educación encierra un tesoro” (Delors, 1994).
Por el contrario los consejos se forman espacios de demandas administrativas, discusiones de casos disciplinarios y enfoque en los cursos que rendirán pruebas SIMCE, no llegando a definir acuerdos institucionales ni lineamientos de trabajos en común, como lo plantea el proyecto educativo.
Es por eso que es necesario realizar un cambio cultural en este ámbito, para poder ejercer nuestro rol docente en el siglo XXI. Ya que se observa un trabajo aislado, sin articulación entre profesores y un quehacer netamente enfocado a las demandas inmediatas, generando profesores pasivos, sin discusión pedagógica, no buscando estrategias de trabajo comunes y consensuadas por todos los docentes del establecimiento.
Para que esto se logre es indispensable darle real protagonismo a la unidad técnico pedagógica, la que debe liderar estos espacios de trabajo, generando retroalimentación del desempeño docente y discusión pedagógica pertinente a los nuevos desafíos que se plantean, acordes con los principio de la reforma.

No hay comentarios: